Una anfibología puede dar lugar a importantes errores de interpretación si se desconoce el contexto discursivo del enunciado anfibológico, también suele ser un recurso para sofisticar. Una característica casi constante de las anfibologías es la ambigüedad.
La anfibología afecta desde hace un tiempo a la ortografía. Por ejemplo la palabra solo (tanto si es adjetivo como si es adverbio) no debía acentuarse según la Real Academia Española salvo caso de anfibología.
“Estaré en la playa solo una semana” (solo, en soledad: aquí solo es adjetivo). “Estaré en la playa sólo una semana” (sólo, solamente, únicamente: aquí sólo es adverbio y por tanto se acentúa para evitar la anfibología).
Lo mismo cabe decir de los demostrativos (este, ese, aquel). Las formas pronominales ya no se acentúan salvo ocurra una anfibología pero que en el caso de los demostrativos es muy difícil que se produzca.
EJEMPLO
- Mi padre fue al pueblo de José en su coche (Texto anfibológico) ¿En el coche de quién
- Mi padre fue en su coche al pueblo de José.
- Mi padre fue al pueblo de José en el coche de este.
- Se vende mantón para señora de Manila (Texto anfibológico) ¿Quién es de Manila? ¿se trata de un típico mantón de Manila o, por el contrario, de una mujer de Manila?
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- Mi padre fue al pueblo de José en su coche (Texto anfibológico) ¿En el coche de quién
- Mi padre fue en su coche al pueblo de José.
- Mi padre fue al pueblo de José en el coche de este.
- Se vende mantón para señora de Manila (Texto anfibológico) ¿Quién es de Manila? ¿se trata de un típico mantón de Manila o, por el contrario, de una mujer de Manila?
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