Se llama solecismo un error en la estructura de la oración, respecto de la concordancia, el régimen y la composición de sus partes, esto es, un vicio de sintaxis.
1 Tipos de solecismos
- Usar indebidamente el pronombre cuyo.
- El leísmo, es decir, emplear la forma les con valor de acusativo, como cuando se dice les vi y al momento les conocí. Aquí debe usarse los, al contrario que en estas otras frases: no les vi el ademán, pero les conocí la intención, donde ambos les son dativos.
- El laísmo, es decir, emplear las formas "la" o "las" con valor dativo, como cuando se dice "la dije que viniera" o bien "las traje un regalo de Francia". Aquí deben usarse las formas "le" y "les", respectivamente.
- Cambiar el uso de los pronombres personales, como en los ejemplos siguientes:
- Invertir el orden de dos pronombres seguidos: me se olvidó, te se olvidó, en vez de se me olvidó, se te olvidó. Es de destacar que respecto de estas dos personas se cometa este error, ya que no sucede así en la tercera ni en los plurales, pues nadie dice ×le se olvidó, nos se olvidó, etc.
- Emplear una preposición distinta de la que exige un complemento, u omitirla cuando este la requiere:
- En la improcedente substitución de unas partículas por otras:
- Cambiar el oficio de una parte de la oración por el de otra, como cuando se da valor de substantivo a un adjetivo o a un participio, substantivándolos indebidamente.
- En la injustificada colocación de los miembros de un período.
No obstante, forman parte del caudal de nuestra lengua muchas locuciones, construcciones y modismos peculiares de ella, donde aparecen como rotas y menospreciadas las más obvias leyes de la concordancia y construcción. Locuciones tales se llaman idiotismos en la gramática tradicional: a más ver, a ojos cegarritas, a ojos vistas, a pie juntillas, cerrarse de campiña, de vez en cuando, estar a diente, hacerse de pencas, no dar a uno una sed de agua, uno que otro, etc.
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